Oración que hacen los niños de Provenza ante el belén, según un texto de un viejo documento encontrado en un granero de Provenza, y que podemos rezar todos juntos ( niños y adultos) ante el Niño del Pesebre.
“ Niño Jesús del belén,
Nosotros te rezamos y te adoramos en este establo,
Parecido al de Bétêlen y Francisco.
Nosotros somos niños que imploramos tu divinidad
que se proyecta bajo los cabellos de niño, y
fieles al belén, concédenos las virtudes de aquellos
que te rodean, de las ofrendas que te brindan.
Haz que seamos filósofos como el pescador,
Despreocupados como el tamborilero,
Ansiosos por descubrir el mundo como el inocente,
Impetuosos en el trabajo como las lavanderas,
pacientes como la hilandera,
valientes como el asno,
y fuertes como el buey que te da calor.
Asimismo, concédenos las sanas distracciones del cazador,
Concédenos también el interés por las cosas de la tierra del pastor,
El orgullo que tiene el afilador por su oficio,
La canción del molinero.
Muéstranos la ciencia de los Magos.
Concédenos la bendición del pan,
La ternura de hogaza,
La sal del bacalao,
El buen humor del vino,
La llama de la lumbre,
El sabor del ajo,
La pureza del aceite.
Haz, amado Jesús, que nos parezcamos a nuestros antepasados que te honraron en sus belenes familiares. Haz que sigamos sus pasos. Que velen por nosotros desde allá en lo alto, en el paraíso que debe parecerse al belén de las candelas, con la Virgen, el niño Rey, los ángeles y esos santones tan valientes que jamás habaron mal de nadie.
Ore, Señor, por nuestros antepasados que nos dieron a conocer el belén, por nuestras madres que aprendieron el arte, por nuestros padres, por nuestras casas.
Nos rendimos a tus pies, amado Jesús, que quisiste nacer entre las gentes del campo.
Ora por nuestra tirra pastoral, por la paz de nuestros hogares, por el futuro de la humanidad.
Ora, Señor, por la Iglesia.”
“ Niño Jesús del belén,
Nosotros te rezamos y te adoramos en este establo,
Parecido al de Bétêlen y Francisco.
Nosotros somos niños que imploramos tu divinidad
que se proyecta bajo los cabellos de niño, y
fieles al belén, concédenos las virtudes de aquellos
que te rodean, de las ofrendas que te brindan.
Haz que seamos filósofos como el pescador,
Despreocupados como el tamborilero,
Ansiosos por descubrir el mundo como el inocente,
Impetuosos en el trabajo como las lavanderas,
pacientes como la hilandera,
valientes como el asno,
y fuertes como el buey que te da calor.
Asimismo, concédenos las sanas distracciones del cazador,
Concédenos también el interés por las cosas de la tierra del pastor,
El orgullo que tiene el afilador por su oficio,
La canción del molinero.
Muéstranos la ciencia de los Magos.
Concédenos la bendición del pan,
La ternura de hogaza,
La sal del bacalao,
El buen humor del vino,
La llama de la lumbre,
El sabor del ajo,
La pureza del aceite.
Haz, amado Jesús, que nos parezcamos a nuestros antepasados que te honraron en sus belenes familiares. Haz que sigamos sus pasos. Que velen por nosotros desde allá en lo alto, en el paraíso que debe parecerse al belén de las candelas, con la Virgen, el niño Rey, los ángeles y esos santones tan valientes que jamás habaron mal de nadie.
Ore, Señor, por nuestros antepasados que nos dieron a conocer el belén, por nuestras madres que aprendieron el arte, por nuestros padres, por nuestras casas.
Nos rendimos a tus pies, amado Jesús, que quisiste nacer entre las gentes del campo.
Ora por nuestra tirra pastoral, por la paz de nuestros hogares, por el futuro de la humanidad.
Ora, Señor, por la Iglesia.”